Crean en Hungría un nuevo pez por accidente

Al querer salvar al pez espátula y al esturión, dos especies en peligro de extinción, los investigadores húngaros han mezclado los genes y el invento no ha salido del todo bien.

Querían ayudar a salvar dos de las especies de agua dulce más amenazadas del mundo mediante la reducción del hábitat y la contaminación: el esturión ruso y el pez espátula americano. Investigadores húngaros han creado inadvertidamente un tercero. Un híbrido altamente complejo, ya que las dos especies son bastante diferentes entre sí. El esturión es carnívoro, el pez espátula con su nariz larga y delgada filtra el zooplancton.

Peces en peligro de extinción

Sólo en el mar mediterráneo conviven más de 10.000 especies diferentes repartidos en unos 900 tipos de hábitats aquí puedes ver las especies marinas más importantes del mediterráneo. Dado los factores del cambio climático causados por la actividad del ser humano mucho de estos animales, peces y plantas se están viendo en serio peligro de extinción.

Alguno de estos animales en peligro extremo de extinción son la Cigarra de mar, un enigmático crustáceo que debido a la pesca indiscriminada e ilegales ha sufrido una caída en picado en su población.

Otros ejemplos son el Rocual común, también conocido como ballena de aleta, el segundo cetáceo más largo que existe en nuestros mares y océanos. La principal causa de extinción es la pesca sin control, ya que en algunos países como Japón a día de hoy se continua consumiendo carne de este animal.

Quimeras

En su laboratorio, Attila Mozsar y sus colegas del Instituto de Investigación de Acuicultura intentaron criar artificialmente el pez espátula, que desapareció del río Yangtze de China pero tiene un primo sobreviviente en los Estados Unidos. Para ello, combinaron esperma de pez espátula y huevos de esturión que, según el proceso utilizado, no deberían haber transmitido sus genes.

Pero el invento salió mal. Cientos de alevines nacidos en mayo resultaron ser quimeras, nuevas criaturas, de las cuales alrededor de 100 siguen vivas, según un artículo publicado en julio por la revista Genes. Fue absolutamente involuntario, confesó el Dr. Mozsar a The New York Times.

En realidad, no se trata de una sino de dos nuevas criaturas: unos bebés tienen doble dosis de esturión y se parecen a su madre. Los otros, con sus finas aletas y sus delgados hocicos, se encuentran justo entre las dos especies.