Burundi es un país sin salida al mar que se encuentra en la región africana de los Grandes Lagos de África Oriental. El nombre oficial del país es República de Burundi, limita con Ruanda al norte, Tanzania al este y al sur, y con la República Democrática del Congo al oeste.

A continuación te mostramos 20 curiosidades sobre Burundi:

Burundi tiene dos idiomas oficiales: francés y kirundi.


Es el 142º país más grande del mundo en términos de superficie terrestre con 27.834 kilómetros cuadrados.


Bujumbura es la capital, la ciudad más grande y además es el principal puerto comercial de Burundi. Envía la mayor parte de las principales exportaciones del país: café, algodón y estaño. Se encuentra en la orilla noreste del lago Tanganica.

Las coordenadas de Burundi son: 3°22′57″S 29°21′40″E.

El monte Heha es el punto más alto de Burundi, con una elevación de 2.670 metros, mientras que el punto más bajo del país es el lago Tanganica con 772 metros.


Los principales ríos son Kanyaru, Malagarasi, Rusize y Ruvubu. Entre los lagos más importantes de Burundi encontramos Cohaha, el Rwero y, por supuesto, el lago Tanganica.


El lago Tanganica es el segundo lago de agua dulce más antiguo del mundo, el segundo más grande por volumen y el segundo más profundo. Pertenece a cuatro países: Tanzania, República Democrática del Congo (RDC), Burundi y Zambia.


Burundi tiene tres parques nacionales: el Parque Nacional Kibira en el noroeste (una pequeña región de selva tropical, adyacente al Parque Nacional del Bosque Nyungwe en Ruanda), el Parque Nacional Ruvubu en el noreste (a lo largo del río Rurubu) y el Parque Nacional Rusizi.


Las cascadas Kagera son una espectacular serie de cascadas en el sureste de Burundi. Se ubican al sur de Rutana y ocupan unas 142 hectáreas. La cascada más grande del complejo Kagera cae desde una altura de 80 metros y forma pequeños lagos.


El monumento Livingstone-Stanley en Mugere, con vista al lago Tanganica, marca el lugar donde el explorador y misionero Dr. David Livingstone y el periodista y explorador Henry Morton Stanley pasaron dos noches el 25 y 26 de noviembre de 1871.


La primera evidencia de la existencia del estado de Burundi se remonta al siglo XVI. En los siglos siguientes se expandió, anexionando lugares vecinos hasta la frontera con Ruanda.


Burundi fue ocupada por los alemanes en el siglo XIX.


Después de la Primera Guerra Mundial y su derrota, Alemania cedió el territorio a Bélgica. Tanto los alemanes como los belgas gobernaron Burundi y Ruanda como una colonia europea conocida como Ruanda-Urundi.


Burundi obtuvo la independencia en 1962 e inicialmente tuvo una monarquía, pero debido a una serie de asesinatos, golpes de estado y un clima general de inestabilidad regional, culminó con el establecimiento de una república y un estado de partido único en 1966.


Burundi ha estado plagado de conflictos étnicos entre hutus y tutsis, que tienden a dominar al gobierno y al ejército, pero son solo el 14% de la población.


Los habitantes originales de Burundi fueron los twa, un pueblo pigmeo que ahora representa solo el 1% de la población. Los ataques de limpieza étnica y dos guerras civiles durante la década de 1970 y nuevamente en la década de 1990 han transformado al país como uno de los más subdesarrollados y pobres del mundo.


Aproximadamente el 80% de la población de Burundi vive en la pobreza y aproximadamente el 90% de la población depende de la agricultura.


Los burundeses tradicionalmente construían sus casas de pasto y barro en una forma que se asemejaba a una colmena. La choza tradicional tutsi, llamada rugo, estaba rodeada de corrales para el ganado. Hoy en día, los materiales más habituales son el barro y la madera, aunque también se utilizan bloques de hormigón. Los techos suelen estar hechos de hojalata, ya que las hojas son escasas debido a la deforestación.


El noventa y dos por ciento de la población vive en un entorno rural, principalmente en grupos familiares demasiado pequeños para ser llamados pueblos, y dispersos por las tierras altas.


Correr en grupo está prohibido en Burundi. En 2014, el presidente del país prohibió este tipo de actividad deportiva con el argumento de que tales caminatas pueden ayudar a las personas a planificar actividades subversivas (antigubernamentales).


El informe sobre la felicidad mundial de 2017 clasificó a Burundi como el segundo país menos feliz del mundo.